Brazo del sistema agroalimentario nacional
«a casi dos años del 23 de enero (1958), no se sabe con certeza si el Estado desarollará la siderúrgica y la petroquímica y si sobre ellas conservará su control»
Salvador De La Plaza
Charla sobre “La importancia de las industrias básicas en el desarrollo economico del país” (1960)
En Venezuela, la petroquímica es un brazo indispensable para el sistema agroalimentario nacional e internacional, obtener su control para la producción de insumos agrícolas, combustibles, plásticos, vinilos para empaques o envases y para fabricación de tanques o mangueras de sistemas de riego, es de magnitud incalculable para los diferentes actores del mundo y particularmente, para el agronegocio transnacional, altamente dependiente de los fertilizantes, uno de los principales insumos del modelo agrícola actual. En el país, esta es desarrollada por la Corporación Petroquímica de Venezuela (PEQUIVEN), de propiedad estatal y principal empresa venezolana encargada de producir y comercializar productos petroquímicos para el mercado interno y la exportación, tanto para el sector agrícola como el industrial. Por otra parte, es este sector (el petroquímico) otro ejemplo del proceso de concentración en oligopolios y monopolios ligados a empresas extranjeras que se desarrollaba en los años 90, “como resultado del avance del programa estructural de ajustes (…) y el “inicio de los planes de privatización”[1] de las empresas estatales, así como las desnacionalizaciones; fue objeto de conflicto en el año 2009, durante el Gobierno de Hugo Chávez, para lograr mayor participación, control y toma de decisiones, como resultado de la previa transnacionalización, en correspondencia a un proceso de extracción de los recursos naturales estratégicos para el desarrollo de la nación; y dada su importancia estratégica sigue siendo, un botín codiciado en la actualidad, tanto que su filial Monómeros Colombo Venezolanos (S.A), y su subfilial ECOFÉRTIL, se encuentran inmersas en la actual disputa por la petroquímica venezolana, para su despojo y apropiación bajo intereses extranjeros, junto a PDVSA – CITGO, amparado en el bloqueo económico, financiero y comercial que adelanta EEUU contra el país. Continuemos de esta forma, recorriendo a Venezuela en la Geopolítica de los Alimentos.
PETROQUÍMICA VENEZOLANA: PROMOCIÓN DIRECTA DEL ESTADO.
El sector petroquímico en Venezuela, surge como “promoción directa del Estado” a partir de la política industrial del año 1956[2], cuando se crea el Instituto Venezolano de la Petroquímica (IVP), asumiendo las acciones del organismo denominado Petroquímica Nacional (1953); modelo continuado en 1959, cuando se empieza a buscar “el establecimiento de condiciones básicas que permitieran conquistar definitivamente la independencia económica del país”; en el contexto venezolano actual, han pasado más de 60 años, para la concreción de tan importante objetivo.
De hecho, en el marco del modelo agrícola mundial actual, el impulso al desarrollo de la industria petroquímica, incluyendo la producción de fertilizantes nitrogenados, junto a la construcción de la represa Río Guárico y algunas otras obras viales, es considerado hasta el 2002, como “el único intento serio y real para modernizar y racionalizar la producción agrícola nacional”[3].
Además, esta promoción llevada adelante directamente por el Estado, se hizo, tomando en consideración “que la iniciativa privada difícilmente podía entrar, debido a la extraordinaria capitalización requerida y el alto riesgo implicado” para ellas, por lo cual la industrialización del país y particularmente el desarrollo del sector petroquímico, no se podía dejar en manos de ésta. De hecho, De La Plaza, dos años después del 23 de enero de 1958, comentaba, “no se sabe con certeza si el Estado desarrollará la siderúrgica y la petroquímica y si sobre ellas, conservará su control”[4].
Los planes que se llevaron a cabo durante los años cincuenta, fueron continuados de alguna manera, en los años subsiguientes por el Instituto Venezolano de la Petroquímica (IVP), en los cuales ya se conjugaban la asociación de intereses privados nacionales y extranjeros. Posteriormente, desde 1974, y con el ingreso de Venezuela en el Pacto Andino en 1975, fue creado el Consejo Petroquímico Nacional, dentro del proyecto de la “Gran Venezuela” para la formulación “de un plan petroquímico nacional”, que “se vislumbraba como una vía para incrementar el valor agregado, la competitividad y la diversificación económica”[5]. En 1977 se declaraba la reorganización del IVP, mediante el Decreto N° 2004, del 11 de marzo y para ello, se destinó “una inversión de 267 millones de bolívares[6], que conllevó, según las empresas que en 1978 formaban parte del mismo a “la expansión” del sector, entre las que se encuentran Plásticos petroquímica (Petroplás), Tripoliven, Petrosol, Venezolana de Nitrógeno, Ensal, Oxidación Organica, Oxidor, Química Venoco; Estireno del Zulia – Estizulia (Centro Petroquímico El Tablazo y actualmente Complejo Petroquímico Ana María Campos); Productos Alogenados de Venezuela; Producen; Polímeros del Lago, Polilago; Tripolivenca; Petroplast; Plásticos Zulia; Plastilago; Productores de Alcoholes Hidratados; Proalca; Cavim explosivos; y Monómeros Colombo Venezolanos.
Desde 1980 a 1983, existe el planteamiento que se entró en un estancamiento industrial, “por las medidas restrictivas de política económica tomadas durante 1979, (…) sumado a menor asistencia financiera”; del mismo modo se afirma, que entre 1984 y 1988 se recuperó levemente, por el establecimiento de un nuevo sistema cambiario que se denominó “sinceración de la economía” consistente con una devaluación más acentuada del Bolívar, durante el Gobierno de Jaime Luchinsi; adicional a la sustitución del Sistema Administrado de Precios (SAP) establecido en 1983 (la congelación de precios de bienes y servicios), por una Comisión Nacional de Costos, Precios y Salarios (CONACOPRESA)[7], aún así, se sostiene que el nuevo impulso al crecimiento industrial fue débil, asociado a diferentes causas cómo “el bajo nivel de inversión pública y privada, la absorción de las alzas en los costos de producción, la falta de suministro oportuno de materias primas importadas, las dificultades de acceso a financiamiento”; sin embargo, “con respecto al sector manufacturero público (se evidenciaba) la notable recuperación en la producción de Interalúmina, Pequiven y Nitroven”[8].
LA PETROQUÍMICA Y EL CICLO DE LA PRIVATIZACIÓN, OLIGOPOLIZACIÓN Y TRANSNACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA EN VENEZUELA
Ahora bien, esta “notable recuperación de Pequiven y Nitroven”, no impidió un año más adelante, con la aplicación acelerada de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1989 y la “apertura comercial” entre 1996 y 1997, entrar a la trituradora, que llevó a la desaparición de más de la mitad de las empresas industriales para el año 2000, mediante cierres, migraciones, desnacionalizaciones y privatización de compañías en una magnitud nunca antes vista[9]. De hecho, dentro del sector petroquímico, “desde finales del año 1994 y durante 1995”, ocurrieron “cambios muy importantes en la estructura de propiedad y en la conformación productiva de la mayor parte de los grupos empresariales del país, y específicamente en el sector químico” sucedía un doble proceso; en primer lugar, “de internacionalización” con “la entrada o la adquisición completa de plantas y empresas por capital transnacional, y segundo, una intensa actividad de adquisición de capacidad productiva en el extranjero con una estrategia de comprar cuotas de mercado”[10].
En estos años, se suponía que la mayoría de las empresas relacionadas al sector petroquímico eran de carácter nacional, que sólo un 20 % era de capitales extranjeros (ver imagen 1), sin embargo, al analizar las características de las sociedades de las empresas, sólo un 32,7 % realmente pertenecían a propietarios de nacionalidad venezolana, el resto correspondía a propietarios extranjeros o mixtos en más del 67 % (ver imagen 2). Y en cuanto a, la cuota de participación en el mercado, se evidenciaba, la “presencia de una industria de alta capacidad ociosa y altos niveles de conformación de estructuras monopólicas y oligopólicas”[11], en la cual entre2 y 4 empresas controlaban entre el 80 y 100 % del mercado.


En resumen, la industria petroquímica durante los años 90, dependía cada vez más del capital extranjero que incursionaba con mayor fuerza en el aparato productivo nacional, tomando el control de las operaciones y decisiones relacionadas al sector, y además con el comportamiento de concentración de mercados; no siendo más que un proceso de transnacionalización para la extracción de los recursos naturales estratégicos.
Un ejemplo de ello, es la Petroquímica Trasandina S.A, una empresa colombiana establecida en 1992, que promovía una planta de fabricación de tubos PVC en Venezuela, adelantando un proceso de negociación con la empresa estatal venezolana PEQUIVEN, y por la otra, desarrollar el mercado de PVC; aprovechando el “proceso de internacionalización” mediante las llamadas asociaciones estratégicas con empresas extranjeras, que el Consejo Nacional de Promoción de Inversiones (CONAPRI)[12], fundado en 1990, impulsaba con el apoyo de empresas privadas y organismos públicos, y cuyas premisas en este sector se basaban en que, “la ventaja de Venezuela en petroquímica se derivaban de las abundantes reservas de gas asociado al petróleo, una industria petrolera que garantizaba el suministro de materias primas provenientes del sector petrolero y gas, la inexistencia de restricciones legales a la participación del sector privado, una absoluta libertad para repatriar capitales y ganancias, una buena infraestructura vial y portuaria y, la política de PEQUIVEN de reducir su participación en el mercado de la industria petroquímica de Venezuela[13]. Además a ello, se sugería el supuesto hecho, a que se operaría con mayor eficiencia por tratarse de una industria privada, que sería más eficaz que PEQUIVEN.
A este discurso, se le sumaba, la histórica necesidad de Venezuela por inversiones extranjeras, para ayudar en el desarrollo de sus industrias, tratando de reducir la dependencia en el petróleo y otras materias primas energéticas; por lo cual ya en 1989, PEQUIVEN participaba en operaciones de joint venture con empresas extranjeras como Veba Oel AG (Alemania), CDF Chimie Group (Francia), Mitsui (Japón), ENI- Ecofuel (Italia), Dow, Dupont y OLIN (EEUU), Norsk Hydra (Noruega), cuyos intereses estatales podían variar de 11 % al 73 %, y en su mayoría sin poder, sobre la toma de decisiones[14].
CHÁVEZ Y LA LEY ORGÁNICA PARA EL DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES PETROQUÍMICAS.
Ante el proceso de transnacionalización que influía en la extracción de los recursos naturales estratégicos; en el año 2009, mediante la Gaceta Oficial 39.203 del 18 de junio, con la Ley Orgánica para el Desarrollo de las Actividades Petroquímicas, el Estado se reserva la actividad petroquímica básica (la transformación química o física obtenida de los hidrocarburos) e intermedia (la transformación de productos obtenidos de los procesos básicos) y las obras, bienes e instalaciones que sean utilizadas para su ejecución, y por lo tanto PEQUIVEN comienza a poseer el 100 % de las acciones o la participación de empresas mixtas no menor al 50 % y el control de las decisiones.
En este sentido, PEQUIVEN asumió la mayoría accionaria de las 15 Empresas Mixtas que actuaban en el sector petroquímico y sus filiales, para capitalizar la denominada nacionalización de la industria petroquímica e iniciar un proceso similar a las migraciones de los convenios operativos y de asociación a empresas mixtas, efectuada en el sector petrolero.
Entre las compañías extranjeras con intereses afectados estaban las japonesas Mitsui y Mitsubishi, la estadounidense Koch, la española FMC-Forrest, las italianas Ecofuel y Snamprogetti, mediante la adquisición forzoza de Industrias VENOCO, C.A[15] y Fertilizantes Nitrogenados de Oriente[16], S.A., Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, S.R.L., Fertilizantes Nitrogenados de Oriente, C.E.C. y Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, C.E.C.
En cuanto a Industrias Venoco C.A. y sus empresas filiales, pertenecientes al conglomerado Venoklim Holding, registrado en Holanda, presentó demanda contra Venezuela por la acción, y el 3 de abril de 2015 el Tribunal del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) denegó, por falta de jurisdicción, así como todas las reclamaciones presentadas. Esta empresa tenía su desarrollo empresarial en Venezuela desde 1958 – 1960, de hecho la operación en el mundo, de todas sus plantas y laboratorios se encontraban en el país y desde allí solamente, con C.A VENOCO Internacional realizaba la exportación de sus productos.
En Cuanto a FERTINITRO, la empresa estadounidense Koch Industries era accionaria del 35 %, junto a la italiana Snamprogetti propiedad indirecta de ENI con 20% y el Estado con el 35 %, 10 % pertenecía a POLAR. La instalación de esta planta, correspondía en el año 2001, cuando completaba sus pruebas e iniciaba operaciones, en la planta de fertilizantes nitrogenados más grandes del mundo, cuyo proyecto se remontaba a 1998. Desde el momento de su instalación, se establecía que la producción de la misma estaría dirigida principalmente a los mercados estadounidenses, y particularmente el amonio, a América del Norte[17],
Como ejemplo, estas dos nacionalizaciones, correspondieron a obtener el control total de las máximas exponentes en la producción de grasas, lubricantes y otros productos asociados en Venezuela y por otra parte, la mayor producción de urea y amoniaco para fertilizantes nitrogenados, en las cuales su control operativo y de decisiones estaba mayoritariamente en manos transnacionales y por lo tanto, asociados geopolíticamente al tipo de explotación de carácter extractiva de los recursos naturales estratégicos.
LOS FERTILIZANTES Y PEQUIVEN
Como mencionamos en Fertilizantes: De los excrementos a las minas, el petróleo y el gas, este mercado no es tan concentrado como el de semillas, particularmente transgénicas y los agroquímicos; y en cuanto al caso venezolano, es la petroquímica nacional estatal PEQUIVEN, quien controla el suministro relacionado al Nitrógeno (N), Fosforo (P) y Potasio (K), otorgándole carácter de interés nacional y estratégico para el Sistema Agroalimentario Venezolano; y no es para menos, el 90 % del amoníaco producido en el mundo es para este insumo, así como más del 90 % de la producción de fosfatos y, del 90 al 95 % de Potasio es para la agricultura bajo este modelo agroindustrial.
En cuanto, al nitrógeno, particularmente Venezuela, se constituye en la séptima reserva mundial de gas, y el control para la producción de fertilizantes nitrogenados, recae en la petroquímica venezolana PEQUIVEN, a través de los tres principales complejos petroquímicos[18], dándole a Venezuela capacidad total de suministro.
En cuanto al fósforo, Venezuela se proyecta como el quinto país con la mayor reserva mundial de roca fosfática, por contar con 1982 millones de toneladas en fosfatos, que representan el 57 % de los recursos no minerales del país[19], estando el 79 % de estas, ubicadas en el Estado Táchira. Es la petroquímica (PEQUIVEN) quien actualmente, explota la mina en producción Riecitos, ubicada en el estado Falcón, enlazada con el Complejo Petroquímico Hugo Chávez Frías, de cuyas reservas al ritmo de explotación actual alcanzarían en un principio, los 16 años desde 2016[20].
Del mismo modo, la petroquímica desde el año 2009 – 2012, realiza estudios para lograr la certificación de una de las mayores reservas de roca fosfática en el país ubicadas entre los estados Táchira y Barinas[21] de los cuales se tiene reportes de 65 millones de toneladas en Los Monos – Tomates y 14,6 millones de toneladas en Las Lindas – Los Bancos[22], planteándose, que uno de los elementos de la certificación de reservas, permitiría la sustitución de las importaciones de fertilizantes fosfatados, estimados en la actualidad en 50.000 TMA de las 130.000 TMA de P2O5 que se consumen, así como una cobertura total de la demanda para la producción proyectada en los siguientes 30 años[23], como mínimo.
Sin embargo, aunque Venezuela es rica en las dos primeras fuentes para fertilizantes, no posee depósitos reportados de reservas de potasio, aunque se han analizado ambientes geológicos de formación de yacimientos de sales de alta solubilidad y posibilidades en el país, por lo que en la actualidad su dependencia extranjera para la elaboración de fertilizantes potásicos es total, de hecho en el marco del bloqueo económico, financiero y comercial, el país no pudo adquirir en 2019, las 22.000 toneladas de Cloruro de Potasio (KCl), que requiere para su producción agrícola, impidiendo la elaboración de fertilizantes de las fórmulas NPK[24].
BRAZOS DE PEQUIVEN: Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela CEC, y Monómeros Colombo Venezolanos (S.A)
Como brazos ejecutores para la producción de uno de los insumos principales del actual modelo agrícola, PEQUIVEN cuenta con dos filiales: Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela CEC, y Monómeros Colombo Venezolanos (S.A); mientras Fertinitro produce materias primas y otros, Monómeros Colombo Venezolanos, elabora fertilizantes especializados tanto para el mercado colombiano como de exportación, o sea, desde Colombia se importa insumos para formular NPK y otros tipos de fertilizantes, e inversamente se exporta a Venezuela mezclas terminadas.
Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, Fertinitro, S.A, se constituyó el 27 de marzo de 1998 durante la época de transnacionalización y proceso de privatización de la industria nacional, como mencionamos anteriormente, en este caso en el Complejo José Antonio Anzoátegui, ubicado en el Oriente del país, cuyo objeto es la producción y venta de fertilizantes mediante la operación y mantenimiento de dos plantas de Amoníaco con capacidad de producción máxima diaria de 1.8 MTMA cada una y dos plantas de Urea con capacidad de producción de máxima diaria de 2.2 MTMA cada una[25], equivalente a una de las plantas más grandes del mundo, productora de fertilizantes nitrogenados; y es precisamente Fertinitro, C.A, un ejemplo, de la acción del Estado venezolano en el año 2009[26], a este proceso de “internacionalización” de los años 90, donde pasa a reservarse la actividad petroquímica básica, intermedia, entre otros.
Por su parte, Monómeros Colombo Venezolanos (S.A) se remonta al año 1967, creado mediante una sociedad entre el Instituto de Fomento Industrial (IFI), la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL) y el Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP), y en la cual ingresó como accionista en el año 1968 la firma licenciadora del proceso Stamicarbon de Holanda. Así se inicia el arranque de las operaciones en 1973, transformándose en una Empresa Multinacional Andina en 1985; creando en 1990 la compañía naviera Compass Rose Shipping Ltda, en asociación con el grupo CLIPPER, una empresa naviera de Dinamarca; y en el 2000 compró participación accionaria en la Compañía VANYLON[27], así como adquirió en ese mismo año la operación de fertilizantes de CARGILL en Colombia, naciendo así ECOFÉRTIL, para la producción y comercialización de fertilizantes simples y mezclados. En 2003, se creó la empresa Monómeros International Ltd., con sede en las Islas Vírgenes Británicas; hasta que finalmente, en el año 2006, la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL y el Instituto de Fomento Industrial (IFI) vendieron su participación accionaria al socio venezolano Petroquímica de Venezuela S.A., PEQUIVEN[28], tras la firma de un preacuerdo para la compra entre los Presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Álvaro Uribe de Colombia, obteniendo el 100 % de las acciones, razones por la cual se conforma en una filial de la industria estatal venezolana.
Es Monómeros Colombo Venezolanos (S.A), con su filial ECOFÉRTIL, quien hasta el 2018 mantenía el liderazgo en ventas en agroquímicos y fertilizantes en Colombia[29], cubriendo más del 40 % del mercado de fertilizantes y el 70% de agroquímicos del país[30], seguido por YARA INTERNATIONAL, empresa multinacional noruega de la industria química con presencia en más de 60 países; y en el tercer lugar, Dow Agroscience Colombia (EEUU), actualmente Corteva Agriscience, después de la fusión de los negocios agrícolas de Dow y DuPont; por lo tanto, es esta empresa venezolana, la que “ocupa el primer lugar entre las empresas con mayores ingresos operacionales del sector de agroquímicos, el quinto puesto entre las más grandes del sector de la industria colombiana y una de las ocho primeras de la región Caribe”[31], por su presencia internacional que abarca tanto a Suramérica como Centroamérica con sus tres líneas de productos: nutrición vegetal, nutrición animal y productos industriales.
Su producción alcanza las 935.000 toneladas en su planta de Barranquilla. Fuentes sugerían que de acuerdo con los reportes oficiales de Monómeros, el volumen de ventas nacionales (Colombia) corresponden al 73% del total, mientras que el de exportación abarcaba 27%, siendo dividida esta última entre Venezuela que recibía el 25% (principal mercado exportador y poseedor de la cuarta parte del volumen de ventas de la compañía) y el porcentaje restante destinado a otras naciones.
Desde el 2019, esta empresa y sus filiales, fueron objeto del despojo que sufre Venezuela, de su activos en el exterior, en el marco del bloqueo económico, financiero y comercial que lleva adelante EEUU en contra del país caribeño, adicional a la amenaza de invasión militar, cuyas acciones acompañadas por la Unión Europea, y de hecho, por el actual Gobierno colombiano, quien avala el saqueo de los activos venezolanos en su territorio, son opciones económicas de la guerra declarada; detrás del cual se manejan intereses de transnacionales operando para el beneficio propio, en contra de los intereses de la nación para hacerse con el control de Monómeros Colombo Venezolanos, y no sólo de ella, también de las filiales Ecofértil (Buenaventura), Monómeros International (Islas Vírgenes) y Compass Rose Shipping (Bahamas); más los dos complejos petroquímicos: Libertador Simón Bolívar (Barranquilla) y Antonio Nariño (Buenaventura).
Planteamientos finales:
En geopolítica, esto no es más que, un ejemplo de cómo la localización de los recursos, en este caso venezolanos, repercuten en la sensibilidad política de los Estados necesitados y de los Estados que disponen de los bienes apetecidos, aumentando el interés del área afectada e incrementando el valor de su posición estratégica y por otra parte, que la obtención de estos, puede efectuarse en territorio propio o ajeno, mediante la acción combinada del capital, la tecnología, el comercio, la política y en ocasiones la guerra, produciendo consecuencias variadas, según el procedimiento empleado para lograrlo y la forma de consumirlos o utilizarlos, dependiendo si el recurso está localizado en un Estado débil[32] o no.
En este sentido, bien vale la pena destacar como ha mutado, la forma de explotación de carácter extractiva de los recursos naturales estratégicos, la cual se realizó históricamente bajo el manto de las actividades económicas como forma de dominio, particularmente en la inversión extranjera y cuya capacidad de control y toma de decisiones del Estado, era nulo o casi nulo; transformándose posteriormente, en el proceso de internacionalización y de asociaciones estratégicas, no siendo más que, la transición al libre mercado y mayores oportunidades para los grupos transnacionales, que conllevó a la privatización y transnacionalización como medio de extracción hasta 1999; y de allí en adelante, se desenvuelven 20 años de disputa para el control soberano de los mismos, y cuya emboscada se radicaliza a partir del 2014, con la caída estrepitosa de los precios del petróleo, convirtiéndose ese escenario en el momento oportuno para que Barack Obama, Presidente estadounidense de entonces, considerara atacar al enemigo, mediante el decreto 13692 del 07 de marzo de 2015, donde declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de EEUU, en otras palabras, sentó las bases para el bloqueo económico, financiero y comercial que golpea fuertemente a la Nación en los actuales momentos, y con ello, arrastrando al sistema agroalimentario nacional, por su conformación y constitución estrechamente relacionada desde una posición periférica subordinada, al sistema agroalimentario mundial y el “food power” estadounidense.
[1] (Lucas, 2006) Industrialización contemporánea de Venezuela. Política (Primera edición ed.). Caracas: https://books.google.com.ar/books?id=IV9JKv7IDmIC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false.
[2] El 20 de junio de 1956, Marcos Pérez Jiménez mediante el decreto 367 y 368 crea el Instituto Venezolano de la Petroquímica, adscrito al Ministerio de Minas e Hidrocarburos; y arranca la instalación de la primera planta e Morón, estado Falcón.
[3] (Montilla, Marin, & Briceño, 1998) Agricultura: base del progreso. Caracas: OPSU.
[4] (De La Plaza, 2010) Desarrollo Económico e Industrias Básicas (Tercera ed.). Caracas: Banco Central de Venezuela.
[5] (Lucas, 2006) Op. Cit., P 143.
[6] De los 267 millones de Bolívares, 231 millones estaban destinados al Complejo Zulia; 19,3 millones de Bolívares para el Complejo Morón y 17,4 millones de Bolívares para empresas mixtas. (Lucas, 2006)
[7] La Comisión Nacional de Costos, Precios y Salarios (CONACOPRESA) consistió en conferirle precios remunerativos, especialmente a la agricultura y la agroindustria, en contraste al control de precios total de los bienes y servicios que se comercializaban en todo el territorio nacional por parte del Estado en el SAP. (Lucas, 2006).
[8] (Lucas, 2006) Op. Cit., P 163.
[9] Coindustria, en un estudio realizado en 1999, reveló que entre 1988 y 1998, habían cerrado aproximadamente 2800 establecimientos industriales. (Lucas, 2006).
[10] (Pirela, 1996) Cultura empresarial en Venezuela: la industria química y petroquímica. Recuperado el 09 de 09 de 2019, de Polar: https://books.google.com.ar/books?id=2Ea1AAAAIAAJ&dq=editions:ISBN9806397215&hl=es
[12] Actualmente, sigue vigente, estando la Presidencia en manos de Ron Santa Teresa (Alberto Wollmer) y la vicepresidencia por parte de Empresas Polar (Juan Simón Mendoza); además forman parte de esta: la Bolsa de Valores de Caracas, Shell de Venezuela, Huawei, Nestlé de Venezuela, C.A Laboratorios y Asociados, Movistar, Digitel, IBM Venezuela, Bigott, Banco Mercantil, Cargill, Mondelez, Protinal, Grupo Zuliano, Cacao El rey, entre otros. (CONAPRI, 2020) Nosotros. Recuperado el 20 de 04 de 2020, de https://conapri.org/nosotros/
[13] (Franco, 2000) Empresas multinacionales latinoaméricanas. (1 ed.). (T. Mundo, Ed.) Santafé de Bogota, Colombia: Tercer Mundo.
[14] (United States International Trade Commission, 1989) Foreign Investment Barriers Or Other Restrictions that Prevent Foreign Capital From Claiming the Benefits of Foreing Government Programs. Recuperado el 2020 de 05 de 01, de https://books.google.co.ve/books?id=S_u3AAAAIAAJ&pg=SA4-PA6&lpg=SA4-PA6&dq=Pequiven+Venezuelan+company+in+the+world&source=bl&ots=8WMjHvZdde&sig=ACfU3U1j_GuW_kXE-jksvahGmSua479Tlw&hl=es&sa=X#v=onepage&q=Pequiven%20Venezuelan%20company%20in%20the%20world&f
[15] Mediante el Decreto 7.712 de la Gaceta Oficial 39.528 de octubre del año 2010 se ordenó, “la adquisición forzosa de los bienes muebles e inmuebles, incluyendo bienhechurías, instalaciones, plantas, equipos industriales, de oficina y demás activos, requeridos o necesarios para la actividad de producción, procesamiento, transporte y almacenamiento, que pertenezcan o se encuentren en posesión de las sociedades mercantiles Industrias VENOCO, C.A”
[16] El Decreto Nº 7.713, mediante el cual se ordenaba “la adquisición forzosa de los bienes muebles e inmuebles, incluyendo bienhechurías, instalaciones, plantas, equipos industriales, de oficina y demás activos, requeridos o necesarios para la actividad de producción, procesamiento, transporte y almacenamiento de fertilizantes (urea y amoníaco), que pertenezcan o se encuentren en posesión de las sociedades mercantiles Fertilizantes Nitrogenados de Oriente, S.A., Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, S.R.L., Fertilizantes Nitrogenados de Oriente, C.E.C. y Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, C.E.C., o cualesquiera empresas o personas relacionadas, a fin de lograr la cabal y efectiva realización de los planes nacionales de siembra y producción formulados por el Ejecutivo Nacional y que sean necesarios para la ejecución de la obra plan socialista de soberanía agroalimentaria”.
[17] (ICIS, 2000) La planta venezolana de FertiNitro de $ 1 mil millones entrará en funcionamiento en enero. Recuperado el 27 de 04 de 2020, de https://www.icis.com/explore/resources/news/2000/12/01/127592/venezuelas-1bn-fertinitro-plant-to-go-online-in-jan/
[18] Complejos Petroquímicos de Venezuela: Hugo Chávez Frías (Morón-Carabobo), Ana María Campos (El Tablazo-Zulia) y José Antonio Anzoátegui (Puerto La Cruz-Anzoátegui).
[19] (Ministerio del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico (Mppdme), 2018) Minería responsable en Venezuela. Recuperado el 05 de 05 de 2020, de http://desarrollominero.gob.ve/wp-content/uploads/2018/08/Catalogo_Minerales_2018_espanol_WEB.pdf
[20] La mina Riecito, posee reservas comprobadas de 7400 MTM, y aporta actualmente, al sistema petroquímico 2 MTMD de Roca fosfática, y una explotación de 400 MTMA, para la elaboración de fertilizantes granulados NPK (PEQUIVEN, 2020). Mina de Riecito. Recuperado el 06 de 05 de 2020, de http://www.pequiven.com/index.php/38-recent-works/87-2010-5.html
[21] A la fecha y de acuerdo a las diferentes concentraciones de P2O5, llegan a 358 MMTM, pudiéndose sumar aún, 80 MMTM adicionales a las reservas indicadas (Quintero, Fredy, 2013) Los fostatos de Navay y la producción de fertilizantes en Venezuela. Recuperado el 11 de 02 de 2016, de http://www.sian.inia.gob.ve/repositorio/congresos/20_CVCS/PDF/Conferencias/conferencia_quintero.pdf
[22] (Ministerio del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico (Mppdme), 2018)Op. Cit.
[23] (Quintero, Fredy, 2013) Op.Cit.
[24] (Ministerio del Poder Popular del Petróleo, 2020) Realizada Mesa Técnica de Fertilizantes en el Complejo Petroquímico Hugo Chávez con asociaciones de productores agrícolas. Recuperado el 14 de 05 de 2020, de http://www.minpet.gob.ve/index.php/es-es/comunicaciones/noticias-comunicaciones/47-noticias-del-ano-2019/1242-realizada-mesa-tecnica-de-fertilizantes-en-el-complejo-petroquimico-hugo-chavez-con-asociaciones-de-productores-agricolas
[25] (PEQUIVEN, 2019) Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela, Fertinitro, S.A. Recuperado el 23 de 08 de 2019, de http://www.pequiven.com/index.php/2014-11-19-16-48-40.html
[26] Mediante la Gaceta Oficial 39.203 del 18 de junio con la Ley orgánica para el desarrollo de las actividades petroquímicas, el Estado se reserva la actividad petroquímica básica (la transformación química o física obtenida de los hidrocarburos) e intermedia (la transformación de productos obtenidos de los procesos básicos) y las obras, bienes e instalaciones que sean utilizadas para su ejecución
[27] Monómeros vendió su participación del 40 % de Vanylon en el 2008 (BCR Investor Services, 2008) MONOMEROS COLOMBO VENEZOLANOS – MCV. Recuperado el 22 de 05 de 2020, de http://brc.com.co/archivos/CORFO05%20Monomeros%20VI%2008.pdf
[28] Inicialmente, Venezuela compró la participación Monómeros Colombo Venezolanos (S.A), 13,80 % de ECOPETROL y 33,45 % del Instituto de Fomento Industrial -IFI-, por 39.000 millones y 68.000 millones de pesos, respectivamente. El 5,52 por ciento de Monómeros quedó en poder de inversionistas holandeses, el 80 por ciento de Pequiven y otro 13,79 por ciento es de la empresa venezolana Servifértil., pasando a tener el 93,7 %.
[29] (LANOTA.COM, 2019) Ranking 2018 agroquímicos y fertilizantes de Colombia. Recuperado el 23 de 08 de 2019, de https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/ranking-2018-agroquimicos-y-fertilizantes-de-colombia.html
[30] Al cierre de 2018, entre Monómeros Colombo Venezolanos y su filial ECOFÉRTIL, se convertían en las empresas líderes en venta de fertilizantes y compuestos inorgánicos de Colombia, sumando un total de 1.193,05 miles de millones de pesos colombianos; y Yara International con 1.161,17 miles de millones de pesos colombianos. (Statista, 2020).
[31] (Monómeros, una de las ocho empresas más grandes del Caribe, 2019) Recuperado el 23 de 08 de 2019, de https://www.lorduycesar.com/operacion-de-monomeros-no-esta-en-riesgo-pese-a-la-crisis-que-enfrenta-venezuela/
[32] (Marini, 1985) El conocimiento geopolítico. Buenos Aires: Escuela Superior de Guerra.
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