MATRIZ ENERGÉTICA MUNDIAL

Actualizado en agosto de 2022.

El sistema hegemónico mundial, incluyendo la forma dominante de producir alimentos, basado en el agronegocio, dependen de la misma matriz energética para su funcionamiento: el petróleo, el carbón y el gasLa principal savia, que comprende el 82 % de la demanda actual de energía. Triada que retrocedió uno por ciento en 2021, con respecto a 2020.

Sin embargo, el consumo de petróleo aumentó en 5,3 millones de barriles por día (b/d) en 2021, aunque permanece 3,7 millones b/d por debajo de los niveles de 2019, antes de la pandemia. El mayor crecimiento tuvo lugar en EE.UU (1,5 millones de b/d), China (1,3 millones de b/d) y la Unión Europea (570.000 millones de b/d).

La demanda mundial de gas natural creció un 5,3% en 2021, recuperándose por encima de los niveles previos a la pandemia y China representó el 60 % de ese crecimiento (GNL).

Mientras el carbón, creció más del 6% en 2021, levemente por encima del 2019, el más alto desde el 2014; y China e India representaron el 70% de este crecimiento.

En consecuencia, el petróleo sigue acaparando la mayor parte del mix energético mundial (31 %) en el 2021, seguido del carbón, el cual es el segundo combustible más utilizado del mundo, representando el 26,9 % de la energía primaria total, con  una leve disminución, el cual había tenido un ligero aumento en el año 2020.

En el tercer lugar, se mantiene el gas natural, cuyo uso se encuentra en sus máximos históricos del 24 % al cual llegó en 2020; mientras que la energía hidroeléctrica representa sólo el 6,8 %, las energías renovables aumentaron un punto, para alcanzar el 6,7 % y, la nuclear sigue ocupando el 4,3 % de la matriz energética.

Como el mundo se mueve con esta energía, incluso para la producción de los alimentos, la localización de los suministros energéticos trasciende la sensibilidad de los países que los necesitan y de aquellos que los poseen, dándole mayor posicionamiento estratégico a estos últimos, por el aumento del interés, sobre todo, en tiempos de escasez.

Por lo tanto, se generarán mayores fricciones entre los principales países y actores corporativos del mundo, mientras compiten por la apropiación, el acaparamiento y el control de estos bienes, bien sea, en territorio propio o no, para mantener su estatus en el sistema internacional.