VENEZUELA SUPERA LA GUERRA DEL HAMBRE

En los últimos días, en medio de la carrera de unas primarias entre opositores al gobierno venezolano, que los mantiene en una riña sin cuartel desde 2022, realmente esperando la instrucción de su amo del norte, para saber quién será el candidato que enfrente más allá de Maduro, a la Revolución Bolivariana en 2024, se ha vuelto a escuchar entre las propuestas de éstos “enfrentar la crisis alimentaria en Venezuela”, que desde alimentosypoder.com hemos analizado ampliamente, demostrando como se utilizó para intentar validar una intervención militar disfrazada de humanitaria e imponer un cambio de régimen en el país, afín a los intereses estratégicos estadounidenses.

Aparte de  hablar de la crisis alimentaria y retomar nuevamente la palabra “hambre” entre sus discursos, se conforman “voluntariados agroalimentarios”, en este caso para apoyar a ciertos candidatos presidenciales, entre estos, a María Corina Machado, la misma que hasta el cansancio ha pedido intervenciones militares extranjeras contra su propia Patria[1].

Por lo tanto, vale la pena preguntarse si ¿tiene justificación volver a cabalgar sobre este discurso, en medio de la contienda interna opositora? Y para responderlo, revisaremos lo que dice la FAO sobre el hambre en el país.

Recientemente, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó su último informe sobre la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (2023)[2], evidenciándose que cada día, son menos las personas que pasan hambre en Venezuela, por consiguiente, reflejando la evidente recuperación económica y paulatina que se genera, aún con el bloqueo económico, financiero y comercial vigente hasta la fecha.

En este informe, la FAO, con respecto a Venezuela, indica que el Índice de Prevalencia de Subalimentación (IPS) o hambre disminuye en el país, aunque este alcanzó al 17,9 % de la población en 2022, tomando en cuenta, por si no lo recordamos, que la misma organización llegó a afirmar que el 31,4 % de la población sufría hambre en 2019[3], por lo que sería necesaria una intervención ante la emergencia que generaba la crisis alimentaria.

Este último IPS corregido posteriormente en 2021 a 27,8 %, y en 2022 a 24,9 %. O sea, como que nunca existió.

Por lo tanto, podemos afirmar con certeza que Venezuela viene venciendo la guerra del hambre, impuesta por Estados Unidos con la aplicación de las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU), que pretendían “matar de hambre” al pueblo venezolano para justificar una intervención militar humanitaria, bajo el paraguas de una crisis alimentaria, que permitiera imponer definitivamente, el cambio de régimen en el país.

Y la evidencia, es la disminución de IPS del 22,9 % en 2021 al 17,9 % en 2022; que en cantidad, indica una reducción del hambre en Venezuela de 6,5 millones de personas a 5,1 millones de personas en 2022 (ver imagen 1).

Imagen 1. Hambre Vs. Sanciones en Venezuela.

Y además, que son otros países de la región, aunque tengan menor IPS, los que tienen mayor cantidad de personas con hambre en América Latina y el Caribe, y para los cuales, nadie se ha atrevido a pedir una intervención humanitaria para atender a esa población, aun superando con creces, al número de personas por las cuales, se quería abrir un “corredor humanitario” en Venezuela, y por lo que se llevó a cabo ejercicios militares del Comando Sur en Argentina.

El caso más preponderante es Brasil, que según estas estimaciones, tiene más de 10 millones de personas con hambre y más de 70 millones de personas en inseguridad alimentaria moderada y grave, y siendo el mayor productor de alimentos de América Latina y el Caribe y uno de los primeros del mundo, amparado en el modelo del agronegocio, al mismo tiempo que no puede alimentar a su propia gente, por falta de disponibilidad o de recursos económicos, o sea, acceso restringido a los alimentos.

Realidad por la que recordamos al presidente Lula da Silva conmocionado hasta llorar en un acto público en 2022, mientras reflexionaba sobre que: “jamás pensó que el hambre volvería al país”.

Volviendo a Venezuela, este logro de liberar a 1,4 millones de personas del hambre en un año, es mucho más importante si consideramos que desde el 2014, el poder hegemónico mundial encabezado por Estados Unidos, utilizó a los alimentos como munición de guerra para infligir castigo y sufrimiento a la población venezolana y obligar al Gobierno Bolivariano a capitular, por lo tanto, lo que se confirma con este informe, por ahora, es la derrota de la estrategia imperial, con la cual se afirmaba cada año, que el hambre en Venezuela aumentaba solo por un choque económico, mientras se ocultó constantemente la política de las llamadas sanciones.

Situación desatada con la Orden ejecutiva firmada por Obama con la que se declaró a la nación venezolana amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos en 2015.

En todo caso, para aquellos que siguen sosteniendo el relato “del hambre en Venezuela”, pueden hacer dos cosas: en primer lugar, reconocer que la Revolución Bolivariana volvió a liberar de esta situación a cuatro millones de personas entre 2019 – 2022, tomando en consideración que todos los informes de organismos multilaterales relacionados al tema, registraron al 31,4 % de la población subalimentada en 2019, lo que indica una política acertada en la lucha contra el hambre y en medio del asedio estadounidense.

O en segundo lugar, aceptar que nunca existió tal cantidad de población con hambre en el país, y que se manipularon los indicadores alimentarios, incluso por los organismos multilaterales de Naciones Unidas, en medio de la política de cambio de régimen de los Estados Unidos, que en palabras de Trump era el colapso.

Por lo tanto, que la oposición venezolana quiera volver a cabalgar sobre el hambre de los venezolanos, tal cual lo hicieron para ganar la Asamblea Nacional en 2015, de la que salió Juan Guaidó, es nefasto; sobre todo, porque son los mismos que se cansaron de pedir y aplaudir las sanciones impuestas y además, se atrevieron a demandar que cayeran bombas sobre la nación.

Una estrategia antipatria finalmente derrotada, que ahora los hace salir nuevamente a suplicar votos a un pueblo que hicieron pasar hambre para doblegarlo y cumplir las tareas que les asignó y asigna Estados Unidos, a cambio de que les deje acicalar su ego. Sin embargo, todavía está por verse, cuántos incautos volverán a caer.


[1] (BBC, 2019) Crisis en Venezuela: «Solo la amenaza inminente y severa del uso de la fuerza sacará a Maduro del poder», entrevista a María Corina Machado. Recuperado el 12 de 07 de 2023, de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48142847

[2] (FAO, IFAD, UNICEF, WFP and WHO, 2023) The State of Food Security and Nutrition in the World 2023. Urbanization, agrifood systems transformation and healthy diets across the rural–urban continuum. Obtenido de https://www.fao.org/3/cc3017en/cc3017en.pdf

[3] (FAO, FIDA, OPS, WFP y UNICEF, 2020) Panorama de la seguridad alimetaria y nutricional en América Latina y el Caribe. Obtenido de Seguridad alimentaria y nutricional para los territorios más rezagados: http://www.fao.org/3/cb2242es/cb2242es.pdf