LO QUE HAY DETRÁS DEL BLOQUEO DE EEUU A LA AGRICULTURA VENEZOLANA

Mientras que la República Bolivariana de Venezuela, pone en marcha el Plan Venezuela Cultiva 2020-21, en la que proyecta la siembra de 3.367.976 hectáreas, para la obtención de 27.610.713 toneladas métricas de alimentos; el Gobierno de los EEUU hace lo propio a través de la Red Mundial de Información Agrícola (Global Agricultural Information Network – GAIN) y el Servicio Agrícola Exterior (Foreign Agricultural Service – FAS) del Departamento de Agricultura (Departament of Agricultura – USDA)[1], y para ello, preparó su informe 2020/21 para Venezuela en relación a su producción agrícola, consumo, comercio y políticas aplicadas, específicamente para granos y cultivos forrajeros. Aquí una muestra de lo que hay detrás del bloqueo de EEUU a la agricultura venezolana.

La persecución a PDVSA

En el informe, se deja ver claramente cómo avanza el objetivo de la persecución a PDVSA, principal fuente de obtención de divisas para la Nación, destacando que “el estado venezolano ha dependido durante mucho tiempo de los ingresos del petróleo para sostener el gasto público”, y que con el bloqueo de EEUU a “los potenciales compradores de petróleo venezolano, el gobierno se vio obligado a vender petróleo con mayor descuento, erosionando aún más los ingresos del país”, sumado a “la reciente guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, que ha empujado al petróleo venezolano a precios insostenibles”, por lo tanto, en el año 2020 “se espera que estos precios bajos y la escasez de recursos por el actual brote de COVID-19, exacerben las caídas en la producción”, y en este escenario garantizan que Venezuela “ahora se encuentra incapaz de importar combustible, comprar productos básicos o mantener los programas sociales de larga data en los niveles existentes”, a lo que “no escapan los agricultores” venezolanos, afirmando que “en los últimos años, es común la escasez de semillas certificadas y fertilizantes”, pero en este que transcurre, “informan que la escasez de combustible e insumos será inmanejable” por el Estado venezolano.

“Sin combustible no se pueden hacer funcionar los tractores”

En el tema de la agricultura, se “pronostica una disminución en la producción de la mayoría de los rubros básicos”, asociado a lo que consideran una grave escasez de insumos agrícolas (pesticidas, fungicidas y herbicidas), así como semillas de calidad, fertilizantes (Urea, NPK y KCl), la imposibilidad de otorgar créditos y, no faltaba más, un componente recientemente incorporado, el combustible, calificado como dardo certero para la “caída precipitada y masiva de la producción”, porque afirman, entre otras cosas, “sin combustible no se pueden hacer funcionar los tractores”.

Así, que cuando EEUU intenta cortar los suministros de gasolina iraní a Venezuela, bloqueando las entregas programadas, e impidiendo el suministro de los aditivos químicos, insumos y repuestos necesarios para el proceso de producción del combustible[2], incluso con amenaza del uso de la Fuerza Militar; o aplica sanciones a las navieras griegas propietarias de los barcos que transportan; lo está haciendo también, para hacer caer precipitada y masivamente la producción nacional de alimentos en el año 2020.

Concretamente, aseguran que los productores están disminuyendo el área plantada en muchos cultivos tradicionales, que para EEUU son el trigo, maíz, arroz y sorgo, porque forman parte de la dieta principal del venezolano, y también hay que decirlo, son los principales commodities del agronegocio transnacional del Food Power estadounidense, aplicado a Venezuela, a través de sus grandes compañías de molienda y alimentos desde 1940[3].

Por tanto, el Foreign Agricultural Service (FAS) y el Departament of Agricultura (USDA), estiman que, llegue a cero la producción nacional de trigo que tiene un impacto muy marginal en el mercado con las pocas hectáreas experimentales cultivadas en el país; pero también, en el caso de maíz esperan que se reduzca en 33 % el área sembrada, adicional a las 100.000 hectáreas que según, disminuyeron en 2019, y por ende, un 44 % menos de producción; en arroz, que se siembren 55.000 hectáreas menos y caiga la producción en un 18 %, en comparación con el año anterior; y en relación al sorgo, se retraiga también la siembra y la producción.

El bloqueo y la caída de la producción agrícola venezolana, un negocio para las  transnacionales de EEUU

Una vez caída la producción venezolana, el turno al bate es para el negocio agroexportador estadounidense, que toma en consideración, que “Venezuela depende casi por completo del trigo importado para el consumo interno”, y es así, prevé que el consumo de este, disminuirá en el país a 775.000 toneladas métricas, y por ende las importaciones que oscilaban hasta el 2014 en más de un millón de toneladas, se reducirán definitivamente en 225.000 toneladas métricas, cuyo mercado “reaparecerá” mientras se recompone el consumo, pero no en Venezuela, “en la vecina Colombia, Perú, y Ecuador, a medida que los refugiados continúen huyendo del país”. Todo un negocio transnacional el tema de las migraciones de venezolanos, en el cual también ha estado involucrada Polar. Iguales resultados, se esperan con el arroz, que a caballo de “la disminución del consumo total en Venezuela, se espera ver aumentos en los niveles de consumo en los países receptores”, contando con “que la población siga mudándose a Colombia y otros países de la región”. 

Resuelto el tema de la disminución de importaciones de commodities por Venezuela, con la apertura de nuevos mercados, gracias a las migraciones; salta a la vista, su preocupación relacionado a que “el deterioro económico que enfrenta el país actualmente, está impulsando cambios en la producción agrícola, ajustes en los patrones de consumo (…) y; al mismo tiempo, el entorno geopolítico está creando una situación donde nuevos socios comerciales están reemplazando a los proveedores tradicionales”, o sea, a ellos; por lo que el asedio económico, financiero y comercial, que adelanta la primera potencia mundial contra la Nación, acompañada por la Unión Europea y los países asociados en el Grupo de Lima, imparable e implacable en plena pandemia por el COVID-19, están empujando, aunque no se crea, al país a orbitar fuera del Food Power de los EEUU y sus transnacionales, cuestión sobre la que también, se tiene que intervenir. 

Lo más interesante de la preocupación por los nuevos socios comerciales del país, es que pone en relieve el trasfondo del bloqueo económico, financiero y comercial al que está sometida Venezuela. Destacan que “Rusia, Turquía y China se han convertido en importantes proveedores de productos y alimentos procesados”, pero no sólo eso, que “empresas mexicanas estaban intercambiando maíz por petróleo crudo, en un proceso que evita las sanciones de los EEUU, mientras que impacta claramente a los exportadores tradicionales de maíz como los Estados Unidos”, literalmente y sin ningún tipo de estupor.

Para revertir esta situación sobre los nuevos proveedores, cuentan con los molineros privados radicados en el país, que informaron a EEUU que han rechazado la oportunidad de comprar trigo ruso, debido a supuestas preocupaciones por la calidad del producto, relacionado al acuerdo que Rusia firmó con el Gobierno venezolano para suministrar 600.000 toneladas métricas de trigo al país durante el 2020, cantidad superior a las 254.000 toneladas de 2018; y en este caso particular esta maniobra, es considerada, léase bien, “una oportunidad para que los exportadores de trigo estadounidense trabajen directamente con el sector privado venezolano de molineros”, aprovechando la apertura de las importaciones al sector privado en el año 2019, que redujeron las compras (trigo) por el gobierno del 90,5 % al 35,7%, y las cuales el sector privado compró principalmente a EEUU, Canadá y México.

Para sacar del juego a México, la reacción ya es conocida, el Departamento del Tesoro, anunció su primera medida contra entidades mexicanas, imponiendo sanciones a tres individuos, ocho firmas extranjeras y dos embarcaciones por actividades relacionadas con la supuesta “red que intentaba eludir las sanciones, con las que Washington busca presionar al presidente Nicolás Maduro”, figurando en la lista la empresa mexicana Libre Abordo y su relacionada Schlager Business Group, así como sus copropietarios[4], a quienes se les congelaron todas las cuentas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC)[5].

En este mismo orden de ideas, es importante mencionar que la demanda de maíz para consumo humano en Venezuela, es alrededor del 60 % del total que requiere el país; “el maíz amarillo importado es principalmente, destinado a apoyar la producción avícola y porcina”, y “casi todo es proveniente de los Estados Unidos, el maíz blanco es de México”. Una vez bloqueado el suministro de maíz blanco desde México, claramente definido en relación a que “un aumento en los acuerdos de alimentos por petróleo o acuerdos gubernamentales similares en un futuro, podrían aumentar las importaciones”, supone que ahora, resuelto el asunto del país azteca “el gobierno de Maduro continuará permitiendo que el sector privado controle las importaciones”, y en este caso, sean los exportadores estadounidenses los beneficiados con el bloqueo a Venezuela, no siendo más que un gran negocio para las transnacionales de EEUU.

En cuanto al arroz, igual al trigo, la apertura de las importaciones al sector privado discutido anteriormente, ha permitido que los suministros del rubro, permanezcan estable, sin embargo, identifican nuevos movimientos en el comercio a Venezuela, con proveedores desde Surinan, Guyana, e incluso, Uruguay y Brasil, afirmando que estás importaciones “han aparecido en los CLAP, el programa de alimentos subsidiados por el Gobierno”; seguro, no les temblará el pulso para limitar la llegada de alimentos baratos al pueblo, por lo tanto, si escucha alguna noticia de sanciones relacionadas a empresas de éstos países por Venezuela, sólo retrotráigase a este momento de lectura.

Y finalmente, en relación al sorgo, del cual Venezuela históricamente no ha importado, pero sí, semillas, estás eran suministradas principalmente por EEUU, y una vez que, “el gobierno venezolano se ha opuesto a la importación, como un medio para proteger la producción nacional de semillas”, se alerta que “ha intentado recientemente importar semillas de sorgo de México y Argentina, pero con un éxito limitado debido a las diferencias climáticas”. Quizás, quien sabe, están en la lista de los próximos a sancionar si continúan los envíos.

El plan Venezuela Cultiva 2020-21

En este escenario, no le queda de otra a la Revolución Bolivariana, que considerar al Sistema Agroalimentario Nacional Endógeno, altamente estratégico. Quizás, se adelantan algunos pasos en el arranque del Plan Venezuela Cultiva 2020-21, donde se incorpora la participación de los campesinos del país, con un foco de atención especial, según voceros del Gobierno nacional, y quienes aportarán el 30 % (1.010.393 hectáreas) de la siembra; el Conglomerado Agroalimentario del Sur (Agrosur) cuyo aporte alcanzaría el 32 % (1.077.752 hectáreas), a través de alianzas; y el sector privado que se compromete a cultivar 1.279.831 hectáreas correspondiente al 38 % de la planificación. (Ver imagen 1).

Imagen 1. Plan Venezuela Cultiva 2020-2021

Del total a sembrar, como meta, se establecieron 500.000 hectáreas de maíz amarillo, 400.000 hectáreas de maíz blanco y 220.000 hectáreas de arroz, cuya marcha ya arrancó para establecer las primeras 1.120.000 hectáreas con el inicio de lluvias, acompañado por lo que se denominó un nuevo esquema de financiamiento con la activación de la bolsa agrícola, la banca pública y privada, y Agrosur; la entrega de insumos, que bien vale la pena destacar, bioinsumos, biocontroladores, biofertilizantes y semillas de carácter nacional; maquinaria y finalmente, un programa nacional de semillas.

Veamos pues, quien controlará los pronósticos de la producción en materia agrícola en el año 2020 en Venezuela, si la Revolución Bolivariana que estima incrementar la misma al menos en un 50%, en comparación a los últimos registros conocidos (ver imagen 2); o la intervención extranjera y lo que hay detrás del bloqueo de EEUU a la agricultura venezolana, que busca acelerar el colapso del Gobierno nacional, aunque mate a la población de hambre, produciendo un sufrimiento mayor en términos de meses o años, con el fin de alcanzar el ansiado cambio de régimen que tanto promueve, y que incluye, por si no funciona ninguna de las opciones puestas hasta ahora sobre la mesa, la amenaza de intervención militar.

Imagen 2. Seguimiento a la producción primaria de alimentos en Venezuela 2008 – 2020

[1] (United States Departament of Agriculture, 2020) Foreing Agricutural Services. Recuperado el 03 de 07 de 2020, de Report: Grain and Feed Annual: https://apps.fas.usda.gov/newgainapi/api/Report/DownloadReportByFileName?fileName=Grain%20and%20Feed%20Annual_Caracas_Venezuela_03-27-2020

[2] (RT, 2020) «Un tipo de piratería»: Irán denuncia a EE.UU. ante la ONU por amenazar con detener los buques que transportan combustible a Venezuela. Recuperado el 06 de 07 de 20, de https://actualidad.rt.com/actualidad/353546-iran-onu-eeuu-buques-combustible-venezuela

[3] Las grandes compañías estadounidense de molienda y alimentos desde 1940, comenzaron a establecerse en el país por las políticas adoptadas en ese entonces, y como consecuencia, el desarrollo de la industria se realizó bajo la tutela generalmente de las corporaciones norteamericanas, con la instalación de grandes molinos de “las tres grandes de EEUU”, la International Milling (ahora International Multifoods Corporation), General Mills y Pillsburg, responsables de las mayores importaciones de trigo realizadas desde 1961 (Sánchez, 2019). Venezuela en la geopolítica de los alimentos. El ciclo de la oligopolización y transnacionalización de la industria. Recuperado el 21 de 06 de 2019, de ALIMENTOS Y PODER: https://csanchezyg.com/2019/06/05/venezuela-en-la-geopolitica-de-los-alimentos/

[4] La mexicana Olga María Zepeda Esparza y su madre, Verónica Esparza García (Reuters, 2020)

[5] (Reuters, 2020) México congela cuentas a los acusados por EEUU de ayudar a Venezuela a evadir sanciones. Recuperado el 05 de 07 de 2020, de https://lta.reuters.com/articulo/politica-mexico-sanciones-idLTAKBN23Q37T-OUSLT